La tasa se aplicará a todos los visitantes de la emblemática ciudad italiana, aunque no pernocten en ella, cuyo número está cifrado en 30 millones de personas cada año.
Venecia podría hacer pagar a partir del próximo verano una entrada a sus visitantes, un impuesto de entre 2,5 y 10 euros según la temporada.
La medida introducida en la ley de finanzas italiana, definitivamente aprobada el sábado pasado, prevé que a partir de julio Venecia pueda “adoptar en sus propias medidas presupuestarias […] una contribución de desembarco” como las que existen ya en las Islas Eolias o en Lampedusa (Sicilia).
Esta modalidad está dirigida principalmente a los turistas de un día que no pagan el impuesto de estancia, por día y por persona, en los hoteles o a los propietarios de los alojamientos de alquiler.
Entre ellos figuran sobre todo los pasajeros de los casi 600 cruceros gigantes que hacen escala cada año en la ciudad de los canales.
“Estudiaremos una reglamentación equilibrada y compartida que preserve a todos los que estudian y trabajan en nuestro territorio”, declaró en Twitter el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro.