La Unión Europea considera que el gigante tecnológico obliga a los fabricantes a preinstalar aplicaciones de Android como el navegador Chrome, el buscador de Google o Google Maps, lo que afecta a la competencia con otras empresas que también tienen herramientas que ofrecen los mismos servicios
La Unión Europea ha puesto una multa de 4.300 millones de euros a Google por considerar que ejerce prácticas monopolísticas con Android, el sistema operativo con mayor penetración en dispositivos inteligentes. Bruselas afirma que el gigante tecnológico obliga a los fabricantes a preinstalar en sus móviles y tabletas aplicaciones complementarias, como el navegador Chrome o Google Maps si éstos quieren tener acceso a Google Play (la tienda de «apps» de la que se nutre Android).
Se trata, aún así, de una multa mucho menor a la que daban las predicciones más altas, que cifraban en 11.000 millones de dólares (9.380 millones de euros y que supone un 10% de su facturación total) la pena impuesta por la UE.
La investigación lleva abierta desde 2016 y la decisión implica una sanción histórica por parte de Bruselas. La mayor multa hasta ahora había recaído en Intel en 2009, también por abusar de su posición dominante en el mercado, fijando la cuantía en 1.060 millones. Sin embargo, después de años de juicios, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea anuló dicha multa el pasado mes de septiembre.
El dominio absoluto de Android
Hasta ahora, las empresas que querían instalar el sistema operativo para móviles de Google y el acceso a su tienda de aplicaciones (la mayor del mundo y abierta a todo tipo de desarrolladores) debían también incluir otras «apps» secundarias, como Google Maps, el buscador Chrome, lo que supone una competencia casi imposible de superar para otras empresas que ofertan los mismos servicios. Por ejemplo: con la aplicación de geolocalicación de Google muy poca gente se instala una diferente, desplazando a sus competidores y creando lo que la UE opina que son «prácticas monopolísticas».
«Es similar a lo que ocurrió con Microsoft y su sistema operativo Windows, que obligaba a los fabricantes a instalar el navegador Internet Explorer en sus equipos», explica para ABC Sergio Carrasco experto en derecho digital en Fase Consulting. Microsoft estuvo litigando durante años hasta llegar a un acuerdo por el que debía abrir su sistema operativo a otras aplicaciones. «Este caso con Google como protagonista puede suponer el cambio de modelo con el que la compañía explota Android», afirma Carrasco, que también observa un «toque de atención» de Bruselas a las tecnológicas «para que se adecúen a la normativa europea».
No es la primera multa para Google
El pasado año la UE sancionó a la compañía con 2.820 millones de dólares (2.403 millones de euros) por abusar de los resultados de búsqueda en favor de su propio servicio de comparación de compras de productos, Google Shopping.
En una larga investigación, que se remonta a 2015, los reguladores europeos entienden que la compañía tecnológica discriminó a sus rivales en el mercado móvil forzando a implantar además sus propios servicios y aplicaciones. La compañía siempre ha defendido en anteriores ocasiones que no obliga a las marcas de telefonía a instalar sus «apps» ni el sistema de búsquedas.