Nueva Zelanda crea una tasa de 35 dólares por cada turista

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Hasta ahora, varias ciudades habían creado un impuesto a los turistas. También alguna región, como es el caso de España. Y algún país, sobre todo en Latinoamérica, cobra un canon por pasar por los aeropuertos que, a estos efectos, funciona como un impuesto al turismo. Pero ahora el que está estudiando hacer lo mismo es nada menos que Nueva Zelanda.

Nueva Zelanda está viviendo un momento turístico dulce. Nunca había tenido tantos visitantes como actualmente, después de varias campañas excelentes, en las que encontró cómo posicionarse en el mercado. Así que ahora, cuando ya casi tiene tantos visitantes como habitantes, se está planteando aprovecharse económicamente, porque los gastos que genera mantener el país en condiciones son elevados.

El impuesto que se pretende cobrar es de unos 35 dólares por turista que entre al país por menos de 12 meses –que son todos. Esto generaría entre 60 y 80 millones de dólares anuales, dice el Gobierno.

Aeropuerto de Auckland, el más importante de Nueva Zelanda.

El anuncio se hace cuando ya se tienen el proyecto avanzado, tanto que al mismo tiempo se ha sometido a información pública hasta el 15 de julio que viene.

Pero no todos van a pagar. El Gobierno ha dicho que los vecinos de Australia y los visitantes procedentes de la mayor parte de las islas del Pacífico, y por supuesto aquellos que sean residentes en Nueva Zelanda, no pagarán. Los niños que tengan menos de dos años de edad y los viajeros de negocios, tampoco pagarán. Un negocio es un negocio, claro.

El gobierno neozelandés cree que pronto pasará de los 3,8 millones de turistas anuales que está recibiendo para llegar a los 5,1 millones en 2024.

El argumento que los ciudadanos entienden muy bien es que “en muchos lugares, las infraestructuras al servicio del turismo está en pésimo estado”, dijo Kelvin Davis, ministro de Turismo. “No pensamos que el coste de estas obras tenga que recaer exclusivamente sobre los neozelandeses. Pensamos que los visitantes han de pagar su parte. Este impuesto es un paso para asegurarnos de que el crecimiento del turismo es equilibrado”.

La reacción ante el nuevo impuesto fue variada. El director general de la patronal del turismo, Chris Roberts dijo que lo que se recaude se ha de gastar de forma inteligente. “Aún no se ha tomado una decisión final sobre cuánto se gastará en turismo y cuánto en medio ambiente, ni sobre qué proyectos se financiarán o cómo se tienen que tomar las decisiones”, apuntó. Añadió que los visitantes extranjeros aceptarán el impuesto si ven que va a mejorar las infraestructuras de las que disfrutan en su visita. “Creemos que el dinero ha de ir a donde nos beneficia, reduciendo la presión en las infraestructuras y garantizando que podemos seguir teniendo turistas”, concluyó.

Si todo se tramita como toca, el impuesto entraría en vigor a mediados del año que viene.

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