Por: Eddy Valera
Hoy en día vemos familias desintegradas, que conviven en un mismo techo pero no interactúan entre sí, hay indiferencia entre padres e hijos y viceversa, hay poca comunicación entre sus miembros, y me pregunto ¿qué está pasando?.
El acelerado y complejo mundo de hoy, donde prevalece el pluriempleo y las actividades diarias nos envuelven y absorben el día completo, escuchamos con frecuencia la frase “No tengo tiempo”. Y lo peor de todo es que esa misma frase la aplicamos para nuestra familia dejando a un lado ese tiempo de calidad que debemos dedicarle cada día para mantener la unidad en este núcleo tan importante de la sociedad.
Debemos detenernos a pensar y reflexionar que es favorable darle tiempo de calidad a cada uno de los miembros de nuestra familia para que haya una mayor integridad yese tiempo debe ser constante y frecuente para que no se pierda la magia familiar ni se rompa el lazo que crea esa cercanía.
No podemos cometer el error de querer sustituir con dinero y regalos, ese tiempo que no dedicamos a nuestra familia lo cual no compensa ni el cariño ni la armonía que surge de la cercanía que se da con el contacto directo de padre, madre e hijos.
Para tener un tiempo de calidad con nuestros hijos, no basta con que solo estén a nuestro lado en cualquier actividad o llevarlos a un lugar donde ellos interactúen con otros niños sino que nosotros nos involucremos con ellos bien sea en sus actividades (jugando con ellos, hablando con ellos, leyendo con ellos, estudiando con ellos, etc.), en nuestras actividades (limpiando el patio, bañar la mascota de la casa, ir de compra, etc.) o en actividades conjunta (ir al campo, visitar la iglesia, visitar los abuelos, etc.).
Ese tiempo de calidad en familia también incluye el trabajo y las responsabilidades del hogar, por muy sencillas que estas sean. Tareas como limpiar la habilitación, cocinar el alimento que nos gusta, son sólo algunos ejemplos prácticos en los que todos ganarán, ya que se sentirán más hábiles y aprenderán el valor del trabajo en equipo. Otra cosa que no podemos dejar de lado es la visita a nuestra familia tíos, tías, primos, abuelos tanto paternos como maternos ya que esto crea un vínculo más estrecho entre toda la familia.
Un hogar donde todos sus miembros se dediquen tiempo suficiente de calidad, reciben muchos beneficios los cuales se traducen en:un incremento en los vínculos afectivos entre los miembros de la familia, crea una mayor seguridad en los hijos al sentirse queridos aumentando así la confianza y autoestima, el realizar actividades juntos a tus hijos hace que se fomente en ellos las habilidades sociales, se crea un clima favorable y mayor integración familiar.
En conclusión, a pesar de todo el ajetreo del día a día y de todas las ocupaciones que podamos tener, debemos sacar ese tiempo de calidad para compartir y dedicarlo a nuestra familia la cual es nuestro mayor tesoro. Es un espacio que debemos aprovechar si queremos fortalecer los lazos de amor e integridad familiar. Con esto, ganamos todos.